
Hoy duele tanto tu ausencia,
mi eterno complice nocturno;
mi incertidumbre ausente,
mi conflicto intermitente.
Hoy me abrazo a tu voz
acompasada de guitarra,
te grito con la luna
y me duermo sin respuesta.
Una lágrima me alcanza
mientras recorro la memoria,
entre andenes y avenidas
o tus múltiples manías.
Anhelo sentir el suspiro
del procaz viento jugando,
mas miro a mi costado
y él contigo se ha marchado.
3 Comments:
y es que la ausencia duele y marca.
no podemos evitarlo: estamos llenos de huellas profundas dejadas por el roce de esa persona especial.
bello poema.
Las ausencias siempre duelen, pero más duele el olvido.
Gracias por tu visita a mi rincón, no necesitas pedirme permiso, por favor, vuelve siempre que puedas y quieras.
Un saludo
Aqui estoy, siempre y por deseo...
hola de nuevo
J
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